El Romanticismo suele dividirse en cuatro épocas: inicial, pleno, tardío y posterior; en
casos concretos no es sencillo realizar divisiones de autores y épocas.
El primer Romanticismo se
puede considerar desde un punto de vista teórico literario la fase más
interesante. Un grupo de autores que trabajaban en Jena y cultivaban una buena amistad, como los hermanos August
Wilhelm (1767–1845) y Friedrich
Schlegel (1772–1829),Wilhelm
Heinrich Wackenroder (1773–1798), Ludwig Tieck (1773–1853) y Friedrich von Hardenberg (1772–1801), que publicaba bajo el
seudónimo de Novalis, rompieron con muchas
convenciones: por ejemplo, mezclaron en sus novelas poemas y baladas, pequeños
cuentos, etc.; para ello a menudo hacían referencia a la obra de Goethe (Werther, Los años de aprendizaje de Wilhelm Meister). El hecho corresponde
al concepto de «poesía universal progresiva» de Friedrich Schlegel, que no sólo
reúne los géneros y conocimientos más diversos, sino que reflexiona sobre sí
mismo y contiene su propia crítica. Uno de los instrumentos más importantes de
esta «poesía de la reflexión» es la ironía, que saca a relucir que el estado
ideal, que según la teoría clásica debe ser reflejado por el arte, se escapa a
la imaginación del ser humano y que las imágenes a través de las que se intenta
representar este estado, no son confiables. Por otra parte, nunca podemos estar
seguros de los múltiples significados y creaciones de las obras literarias, por
lo que lo mejor es dejarse llevar por el atrevimiento de la mentira que
representa el arte. El fragmento literario es otro de los instrumentos apreciados por los románticos, en el que el
arte reflexiona sobre su propio «fracaso» y se separa del concepto «clásico» de
la obra armónica y cerrada en si misma, que representaba un estado ideal.
Como representantes del
Romanticismo pleno se consideran Achim
von Arnim (1781–1831) y Clemens Brentano (1778–1842). Editaron bajo el nombre de Des Knaben Wunderhorn («El cuerno mágico del
muchacho») una colección de canciones populares. Fue su hermana y esposa
respectivamente, Bettina von Arnim (1785–1859), la que con su obra Goethes Briefwechsel mit
einem Kinde (1935, «Intercambio
epistolar entre Goethe y un niño») que contribuyó de forma considerable a la
popularidad de Goethe en Alemania, pero también describió una y otra vez las
desigualdades sociales y políticas en Alemania en su obra (Armenbuch,
«Libro de los pobres», Dies Buch gehört dem
König, «Este libro pertenece al rey», sobre todo su apéndice, además de Polenbroschüre, «Folleto polaco»).
También los hermanos Jacob y Wilhelm Grimm pertenecen con su colección de cuentos populares a esta época. También se puede incluir en esta época la obra adulta de
Tieck.
El autor más conocido
del Romanticismo tardío es E.
T. A. Hoffmann (1776–1822), que en
relatos como Kater Murr («Gato Murr») y El hombre de arena empleó la ironía romántica de forma psicológica, con lo que extendió una
poética moderna que ya no estaba basada en el idealismo. Al Romanticismo tardío
pertenece además el poeta Joseph
von Eichendorff (1788–1857).
Heinrich Heine (1797–1856) adopta a menudo una actitud irónica frente al Romanticismo y
sus temas, y posiblemente debiera estar incluido en el primer Realismo.
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